domingo, 16 de febrero de 2014

Detrás de las pastas gruesas


Había una vez, fue la frase que inmortalizó nuestras visitas a lugares fantásticos y continuos viajes en el tiempo. A través de los libros, que acompañaban nuestras noches con sus enigmáticas portadas y aquellas grandes letras doradas, es como iniciaba la aventura.  Pero  ¿quiénes son los encargados, de producir los libros? ¿De esas gloriosas portadas, de aquellas palabras que describen personajes, lugares, paisajes, animales fantásticos y sus majestuosas historias?

Sin duda alguna, los responsables de estos continuos  viajes son los autores.  Gracias a las ideas y a su  manera de interpretar el mundo, han forjado nuestros ideales. Sin embargo, para que su filosofía sea transmitida a diferentes partes del mundo, se necesita la ayuda de las editoriales.



Así, para poder compartir el conocimiento de aquellas obras que insumen años de esfuerzo, de investigación y de un trabajo arduo de escritura, la responsabilidad recaerá en los hombros del editor. Estableciendo una estrecha relación y abriendo un vínculo cercano entre lector y autor.

 Es aquí, donde empieza nuestro viaje para conocer más sobre el proceso editorial, donde se mostrará que para  la publicación de un libro  es indispensable el conocimiento de la  materia que se publica y un eficaz manejo de los recursos.

La edición se ha constituido en una práctica profesional, donde el   editor debe tener imaginación y un talento para saber la demanda actual y futura de la sociedad. A su vez está conformada por un conjunto de personas con determinados objetivos comunes. Para alcanzarlos, dispone de recursos humanos y materiales, de conocimientos específicos, de una estructura formal y de una serie de reglas administrativas.

Organigrama básico de una empresa [1]



Dirección general    
Unidades funcionales básicas de la empresa
Departamentos
Actividades editoriales específicas
Producción
Departamento editorial
-Edición
-Corrección de estilo
-Departamento de arte
-Producción industrial
-Derechos de autor
-Derechos subsidiarios
Comercialización
Departamento comercial
-Departamento de ventas
-Estudios de mercado
-Promoción y marketing
-Prensa
-Almacenaje y distribución
-Exportaciones
Administración
Departamento administrativo- financiero
-Compras
-Finanzas
-Contabilidad

Desde la selección de un autor y la evaluación de un original hasta cuestiones de gestión, eminentemente procedimentales, como la determinación de las tiradas, el cálculo de los costos, la fijación del precio de venta al público y el diseño de las acciones promocionales, el proceso de administración de una editorial se construye a partir de ciertos preceptos filosóficos que le dan “su razón de ser”  para la creación de un pequeño mundo, un libro y que van más allá de los objetivos materiales.[2]

Así aquellas historias que nos sirvieron para ir a la cama, lugares donde ningún otro ser humano se atrevió a ir, aquellas batallas de las que fuimos testigo y los acontecimientos que forman nuestro presente, están albergados en esas pastas duras, plasmadas en la inmortalidad de sus hojas cuya tinta se rehúsa a ser dañada  con el paso del tiempo. La producción de un libro es un proceso  arduo que requiere tiempo y dedicación, donde la preocupación de los gasto (de papel, impresores, servicios profesionales: editores, correctores de estilo, diseñadores) será un gasto inevitable, cuya satisfacción será verlos, a sus pequeñas obras, en aquellos anaqueles esperando ser llevados a casa para revelar el tesoro que guardan con recelo.

                                                                                      Imagen tomada del blogg: neoprehispanico.blogspot.mx  

Bibliografía:  Sagastizábal, Leandro De y Fernando Esteves Fros (comps.), “2. Administración de una empresa de cultura”, en:  El mundo de la edición de libros…,Buenos Aires, Paidós/Diagonales,2002,. 13 p.


[1] Sagastizábal, Leandro De y Fernando Esteves Fros (comps.), “2. Administración de una empresa de cultura”, en:  El mundo de la edición de libros…,Buenos Aires, Paidós/Diagonales,2002, p.5.


[2] Ibíd., p.3.

domingo, 9 de febrero de 2014

El extraño caso de la lectura

Tiré mi corazón al azar y me lo ganó la lectura.
Carlos Monsiváis



Algo extraño está sucediendo con la lectura, cada vez son menos las personas que deciden aventurarse a leer, sin embargo este problemas no es actual, en el pasado tampoco se leía mucho. Con lo anterior surge una pregunta que roba el sueño de muchos y da un golpe en el orgullo a otros: ¿por qué se lee?

Cualquiera que sea el motivo para acercarse a la lectura, todos coincidimos que su acercamiento se debió a un método escolarizado impartido por parte de los profesores, me refiero al método de memorización,  llevando al lector a una amnesia de lo jamás aprendido, volviéndola un acto únicamente de compromiso.

Con lo anterior, sólo se puede ver a los profesores como culpables de una aproximación obligada  a la lectura. Debido a que el salario no les alcanza deciden enseñar a medias y se rehúsan transmitir lo que poseen. Sé que generalizo, sé que no generalizo. Al tema, siempre que aparece, lo acompaña la solución: formar a los lectores desde la niñez. Pero, en la práctica, la apatía es notoria y es la minoría previsible la que lee desde siempre.[1]

Sin embargo Carlos Mosiváis en su texto Elogio (innecesario) de los libros, no culpa solamente a los profesores de que cada vez sean menos los lectores. Por un lado el desinterés del gobierno con sus fallidas campañas de alfabetización, donde los políticos no se dan un tiempo en su agenda apretada para  leer, ya sea porque no han desempacado aún sus libros desde hace 8 años (¿verdad? Carlos Medina Plascencia). Por otro lado se encuentra la falta de hábito social y familiar de la lectura y por último la superioridad de los letrados aquellos que “veneran los libros” como un acto de elitismo,  discriminando a los que  aún desconocen el placer de la lectura. La crítica de su fetichismo y presunción es la incapacidad de lograr que el pueblo lea.

Ante esto ¿a quién culpamos? Podemos acusar a la televisión  y a su universo de imágenes, las cuales sólo se ha dedicado a desplazar a la lectura, llevando a una paradoja: no hay tiempo de leer, pero sí para estar cinco minutos frente al televisor.  Si se trata de buscar un culpable ante este extraño sucesos del hábito de leer, también entra el aspecto económico y sus  impuestos innecesarios a los libros, volviéndolos inaccesibles a un determinado sector de la población. A esto se le suman las avasalladoras editoriales que devoran a las pequeñas con sus denominados “Bets seller”.

Con lo anterior, sólo queda darle la razón a Jaime Lebastida, director de Siglo XXI cuando dice: «Lo que hace falta no son campañas de promoción de la lectura, ni que los libros tengan mejores precios, ni tampoco que existan más bibliotecas y librerías. No necesitamos este tipo de estímulos porque los estímulos son mentales. Cuando hay verdadero interés, la actividad de la lectura se desarrolla por sí misma» (El Universal, 28 de diciembre de 1992).

A esto se le suma, la idea de Monsiváis, al ver a la lectura como "un acto personal", un rango nada menospreciable de los placeres de la subjetividad, donde sólo se lee por el deleite de transmitir una moraleja, como una estructura personal del conocimiento, la cual no le teme al  rechazo previo al no ser el tema de moda.

Bibliografía: Monsiváis, Carlos, El elogio innecesario de los libros, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, México, 2004, 12p.






[1]Monsiváis, Carlos, El elogio (innecesario) de los libros, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, México, 2004, p.9.

lunes, 3 de febrero de 2014

Sean bienvenidos a lo desconocido:

Salem’s Lot era un pueblo tranquilo y adormilado, por años guardó un terrible secreto que llevo a la desaparición de su población. El tiempo no tuvo compasión, sólo dejo escombros de lo que fue un hermoso y enigmático lugar. Quiénes no conocen la obra del gran maestro del terror, Stephen King, ignoran lo acontecido. En cuanto a los desdichados que decidieron leer cada página con el temor de ser visitados por las criaturas responsables de su desaparición, prefirieron no hablar del tema. Porque… nada teme más el ser humano que ser tocado por lo desconocido. Desea saber quién está detrás de las sombras: le quiere reconocer o, al menos, poder clasificar. De noche, el terror se convierte en pánico.  Ni siquiera la ropa ofrece suficiente seguridad.” (Elias Canetti, Masa y poder).


                                                Alice Cooper

Irónicamente nuestro mundo es como Salem’s Lot, lleno de hermosos y enigmáticos secretos, que por siglos han atormentado a la  humanidad al desconocer que hay detrás de sus cerrojos. ¿Te atreves a ser curioso para desenmascarar tus miedos, a pesar de estar al tanto  que mato al gato?  Pues bienvenido seas!!!