Entre
las maravillas del mundo, existe una invisible ante los ojos del ser humano.
Pero no desesperes, sólo se deben juntar las mitades de un extraordinario
escarabajo de oro. Una vez unido se revelará el camino hacía una cueva, cuyo guardián
es la cabeza de un tigre. En su interior se encuentran tesoros que superan tú
imaginación, inclusive las del sultán mismo. Sin embargo, entre las montañas
doradas y los murales de colores conformados por los distintos diamantes,
existe un objeto codiciado: una lámpara.
Que su apariencia común no te engañe, cómo en muchas
cosas no es importante lo de afuera, lo de adentro es lo que cuenta. Al
frotarla, del humo emanará un genio capaz de materializar tus más grandes
deseos, pero el precio por concedértelos será el anonimato. ¿No me crees? ¿Reconoces los siguientes nombres Ustad Isae Muhammad Effendi? O qué me dices de Qazim Khan y Chiranjilal
Lo sé son nombre
difíciles de pronunciar y por supuesto de acordarse, sin embargo si lo
relacionas con el Taj Mahal, quizá te lleguen a sonar. De lo contrario no te
culpo, ya que no son reconocidos de haber dado forma a los sueños del emperador
musulmán Shah Jahan. Esta maravilla es admirada por muchos al encerrar una
hermosa prueba de amor, pero son contados los que saben quiénes son los
genios detrás de este impresionante mausoleo: desde la
construcción de los muros, cúpulas hasta la colocación de los mosaicos.
Los deseos del amo
fueron complacidos al darle vida a los cimientos más extraordinarios en honor a
su esposa Mutaz Mahal. Para evitar la reproducción de esta obra Jehan ordenó
cortar sus manos, guardando el secreto en una cueva… en la Cueva de las Mil
maravillas. ¿Continuas escéptico? Toma un libro, de preferencia tú favorito.
Obsérvalo con detenimiento. Asómbrate de las imágenes que contiene, de su
tipografía. Enamórate al palparlo.
Como te habrás dado
cuenta, todo lo que construye a un libro esta meticulosamente cuidado: cada
elemento tiene una razón de ser y un espacio designado. El genio, al igual que
los arquitectos del Taj Mahal, se encuentra en una cueva y es poco reconocido
en el mundo editorial, se trata nada más y nada menos que el diseñador.
Ya hemos visto cómo
surge una idea, esta es escrita y mandada al editor. Aceptada es sometida a la
corrección por parte del Dios Caos (el corrector); y una vez
de que el orden reina es momento de la realización física, es decir, la
conversión del manuscrito en una obra de arte.
El genio o diseñador al
poseer suficientes conocimientos del proceso de edición y un buen gusto
artístico, determina los mil y un detalles que inciden en la
apariencia del libro: desde las medidas de la página, el tipo y tamaño de
la letra que ha de ser utilizada para reproducir el texto y su ubicación en la
página, la medida de los márgenes, el espacio entre líneas, la colocación de
títulos de capítulos y números de página, el plan de ilustraciones y tablas, el
tipo de papel en que se ha de imprimir, la clase de encuadernación, hasta el
papel o tela que se utilizará en la cubierta
Pero para cumplir el
deseo de trasmitir las ideas del autor de manera clara e inteligente posible,
el diseñador, al momento de estructurar el monumental libro, debe considerar
cada ladrillo para su construcción. Por lo tanto no está de más considerar que
el diseño sea apropiado para el tema del libro, su atractivo artístico,
claridad e inteligibilidad para el lector, la economía tanto de la editorial
como del consumidor y la viabilidad desde el punto de vista de la impresión.
Un libro puede verse de
los más sencillo de hacer, pero como se mencionó desde el principio: que su
apariencia no te engañe, es de lo más complejo. Bajo esta concepción Datus
Smith, en su obra Guía para la publicación de libros, muestra los
principales aspectos que el genio de la lámpara debe cuidar, antes de conceder
el deseo de hacer tangibles las ideas del autor:
Calculo de tamaño
El diseñador necesita
conocer la cantidad de letras que tiene el manuscrito para pensar en diferentes
diseños, tamaño de los tipos, si las páginas serán grandes o pequeñas, con
márgenes estrechos o amplios y poco o mucho espacio entre renglones.
Diseño básico
Ningún aspecto del
diseño puede considerarse por separado: la letra -figura, tamaño, longitud de
línea e interlínea, deben ser tomados en cuenta para alcanzar la legibilidad y
presentación agradable en el diseño de una sola página. Ello implica, de
acuerdo a Smith determinar las medidas de los márgenes laterales, superior e
inferior, la ubicación de los números de páginas y las camisas, es decir, el
título del capítulo que aparece en todas las páginas o alternado con el del
libro o el nombre del autor.
Trabajo artístico
El ingenioso diseñador,
debe cuidar las impresiones y distribución de las ilustraciones, mapas, cartas,
inclusive tablas acorde al libro.
Diseño de
portadas y forros
El apartado quizá más
difícil de elaborar, pero es un diamante en bruto en cuanto a creativa: desde
escoger la imagen que complemente al libro hasta planear incluir letras
hechas a mano, que al contacto seduzcan al lector.
Selección de materiales
Al igual que la
construcción de una de las maravillas del hombre, como lo es el Taj Mahal, se
debe escoger los materiales que constituirán una obra. Sólo que esta no se
encuentra en joyas, ni en los bastos más finos traídos desde Bagdad, China,
Afganistán, el Tibet, Egipto, Persia, Yemen, Rusia y Ceilán; se necesita
un sólo material: la imprenta.
Así los deseos del
editor y autor son concedidos: un extraordinario monumento hecho libro, el cual
ha superado las cientos de riquezas encontradas en las cueva de las Mil
maravillas. No necesitas unir un escarabajo dorado para conseguirlo, sólo debes
aguardar a que llegue a un estante de una librería. Descuida él aguarda el
momento para ser llevado a tú casa. Tus deseos son ordenes, para la industria
editorial.
Bibliografía:
C. Smith,
Jr., Datus (1991) “6. Diseño del libro” en Guía para la publicación de
libros, México, Universidad de Guadalajara – Asociación de Editoriales de
Instituciones de Educación Superior de México, pp. 83-92.
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