viernes, 23 de mayo de 2014

El mercado



Busca carne de venado, cocodrilo, conejo, res, pollo, león o tigre. Ahora, que sí busca insectos hay  gusanos de Maguey, jumiles, escamoles, chapulines entre otras variedades de insectos comestibles o prefiere pescados recién traído de las costas del golfo. Hay tiburón que se acompaña con  a la perfección con el pez dorado o una exquisita angula traída desde España; el cual  es el preferido del señor Presidente. Afirma Don Luis, que a su vez nos da la bienvenida al mercado de San Juan.

Ubicado en  la calle Ernesto Pugibet, entre José María Marroquí y Luis Moya, a cuatro cuadras del Eje Central Lázaro Cárdenas y de la estación San Juan de Letrán, de la línea 8 del metro, el Mercado de San Juan brinda una variedad de productos, sabores  e historia. De acuerdo con el poeta Pablo Neruda “quien no conoce de sus mercados, no conoce México”, ya que ahí se encuentran los sabores de nuestro país que datan desde tiempos prehispánicos. No por nada el mercado de San Juan lleva como lema el “cofre de los sabores”.   Desde un tigre marinado en tamarindo, tiburón acompañando de jugo de naranja o si lo prefiere cocodrilo cómo platillo fuerte, la visita de este tradicional mercado da para más.

Por sus pasillo se ve caminar  un mar de gente en busca del sabor. A través de su olfato: altos, medianos, bajos, de tez clara, oscura, alegres, serios, su clientela es diversa al igual que la clientela de los libros. Como un mercado, la variedad de libros es diversa al contar con un amplio catálogo del saber: desde libros que conmemoran el culto culinario hasta los que abordan las diferentes perspectivas del saber; sin duda, el mercado de libros ofrece una amplia gama de conocimiento.

De acuerdo a Smith Datus autor del libro Guía para la publicación de libros, existen cuatro tipos de clientes que intervienen en el proceso de comercialización editorial:  

Desde clientes individuales, quienes tienen un trato directo con la editorial a través de la promoción y venta por correo; la librería de la editorial, el sistema de distribución masiva, el club de libros y el sistema de suscripción; instituciones representadas por escuelas, bibliotecas y campañas de alfabetización, quienes son los encargados de impartir la educación, hasta los mayoristas  los cuales son los intermediarios entre las editoriales y los vendedores al menudeo; con forman la tan laboriosa  distribución de libros cuyo interés por la educación es primordial, convirtiéndola al igual que el proceso editorial en una ardua labor.

Proceso de venta del libro

Para vender libros se tienen que seguir tres pasos fundamentales, que aparentan ser sencillos pero que en realidad se trata de un complicado proceso:

Promoción: Se realiza, de acuerdo con el autor del texto, con la finalidad de que los clientes potenciales conozcan la existencia de un libro y se animen a comprarlo.

Obtención por pedidos: Se trata de convencer a la gente para que haga sus pedidos. Sin embargo,  el levantamiento de pedidos involucra frecuentemente a representantes de ventas que viajan con el propósito de mostrar nuevos libros a librerías, escuelas y bibliotecas e intentar convencerlos de hacer su compra.

Preparación y entrega de pedidos: El cual consiste en empacar, enviar los libros solicitados al comprador y hacer la factura correspondiente. Algo que en una primera instancia, aparenta ser sencillo a primera vista, pero en realidad representa uno de los trabajos de mayor peso en la administración de la editorial.

Factores que influyen en las ventas

Son siete aspectos comerciales que influyen en la venta de un libro, de acuerdo a Datus Smith  son: 1) el precio del libro al público, 2) el descuento, 3) el crédito, 4) la posibilidad de devolución, 5) la promoción, 6) el servicio y 7) la calendarización.

Al igual que sembrar, cuidar, cosechar y vender aquellas verduras que nos brindaran vitaminas, a través de los suculentos platillos hechos por mamá, quien las consiguió en el mercado. La vetan de libros en definitiva, representa una  verdadera prueba de fuego por la que tienen que pasar todos los involucrados en la realización y/o producción de un libro, todo para llevar calidad a los hogares de los güeros y güeras.

                       


Bibliografía: C. Smith, Jr., Datus (1991) “8. La venta de libros” en Guía para la publicación de libros, México, Universidad de Guadalajara – Asociación de Editoriales de Instituciones de Educación Superior de México, pp. 110-130.

jueves, 22 de mayo de 2014

La parte más pequeña de la materia


¿Cuál es el juguete más vendido y entretenido de los últimos tiempos? La respuesta es simple, estas pequeñas piezas han llegado a entretener tanto a chicos cómo adultos por igual. Se trata del asombroso mundo del Lego, a través de sus diminutos moldes se pueden crear fantásticas ciudades, animales, personas incluso recrear la naturaleza misma. ¿Te es familiar lo anterior? Si la respuesta nos remite a un no, surge otra pregunta ¿Cuál es la parte más pequeña de la materia?

Así es, el átomo, al igual que las indestructibles y diversos colores de las piezas del Lego, las cuales encajan a la perfección unas con otras, estas diminutas e invisible partes conforman parte del entorno que hoy conocemos.


La teoría del átomo aparece en la mente de un gran filósofo llamado  Demócrito. Suponía que todo tenía que estar constituido por unas piececitas pequeñas  e invisibles, cada una de ellas eterna e inalterables. La palabra “átomo” significa indivisible; pensaba que  tenían que ser fijo y macizos, pero no podían ser idénticos entre sí. Tienen formas y tamaños diferentes, son  impenetrables.

Pero, ¿qué tiene que ver la teoría del átomo con libros?  Ya hemos visto el proceso para materializar las ideas para convertirlas en libros, inclusive su anatomía,  es hora de ver la parte más pequeña del libro: se trata de las familias y los caracteres de tipografía.

Caja o mancha, folios y cornisas

La caja es el espacio que ocupa la página tipográfica sin los márgenes, es la figura geométrica, cuadrada la cual forma las medidas de ancho y alto de la composición tipográfico.  La caja comprende el blanco del folio explicativo o titulillo, mejor conocido como cornisa.

La cornisa,  suele repetir en la parte superior de cada página, el título de la obra o el nombre del autor, el título de un capítulo o el de un apartado.

El folio es el número progresivo que lleva cada página del libro. Pueden colocarse a la cabeza o al pie del texto, en los márgenes, inclusive  ir centrados o alineados con el lado exterior de la página, sea par o impar. Todo dependerá del estilo que quiera darle el editor. En ocasiones el prólogo se muestra con números romanos, marcando una diferencia entre las demás páginas que están designadas a llevar el cuerpo o texto.

Márgenes, colgados, sangrías, espaciado y otros blancos

Existe  cuatro márgenes en toda una página: superior o de cabeza, inferior de pie o falda, exterior o de corte, e interior de lomo o medianil. Los márgenes de corte y de lomo,  de acuerdo a Roberto Ruiz Zavala, en su obra El Libro y sus orillas, también reciben el nombre de costados. Su colocación en la página es variable: los impares al corte quedan a la derecha y el medianil a la izquierda, y en las pares sucede lo contrario.

Colgado o descolgado, es el espacio en blanco que suele dejarse en los principios de capítulo y divisiones mayores de un libro, entre el límite superior de la caja y la cabeza o título de esa parte.  Si miras de lejos, veras que los átomos, que diga colgados, dan un aire y elegancia al texto, dándole un valor estético.

La sangría, es el blanco con el cual empieza la primera línea de los párrafos en la composición seguida y normal. Los espacios entre palabras mejor proporcionados son los de 1/3 y ¼, lo remarca Zavala.

Otros blancos son: el espaciado óptico y los subtítulos, los cuales van precedidos de un espacio de dos picas y seguidos de otro de sólo una. Sin embargo, no está demás de repetir en palabras de  Zavala que, como en otros puntos, en lo que respecta a márgenes, colgados, sangrías y demás blancos, interviene ante todo el sello editorial, la manera propia de hacer libros.

Tipo de párrafo: normal, francés y moderno

Existen tres clases de párrafos: el normal u ordinario, el francés y el moderno. El normal u ordinario es el que se usa en la escritura común: consiste en un bloque de líneas, de las cuales sólo la primera se sangra. El francés es un párrafo donde se sangran todas las líneas menos la primera, por lo general aparecen a la hora de poner bibliografías, índices espaciales, enumeraciones, cuadros  y glosarios.

El moderno o americano es el  párrafo sin sangría; su estructura se presta para realizar citas, epígrafes, sumarios y otros textos similares.

Interlínea

De acuerdo al cuerpo de la letra, es la distancia que existe entre la cara anterior y posterior, su tamaño, se mide en puntos. Se le llama interlínea a una regleta metálica que en la composición manual se coloca entre dos líneas para espaciarlas.

Es importante mencionar que como el átomo, el cual está constituido por neutrones y protones; este apartado tiene también su composición los cuales son:

Los filetes: son las rayas de grosores y dibujos variados.

Bigotes: Son filetes delgados hacia los extremos y más gruesos en el centro. Por lo general se utilizan para separar títulos.

Orlas: Adornos para enmarcar u ornamentar algunos trabajos.

Ahora, ya sabes todos los secretos que esconde el cosmos de los libros, desde su aparición, en tiempos inmemorables en la mente del escritor, el caos por parte del corrector de estilo hasta lograr plasmarlo en un libro, conociendo desde su átomo hasta su estructura ósea. 


Bibliografía: Zavala Ruiz, Roberto (2003)  El libro y sus orillas, México, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pp. 51-63.
Gaardder Jostein,  El Mundo de Sofía, Patria Cultura, Madrid, 1998, 638p. 


miércoles, 21 de mayo de 2014

Anatomía de un libro


                              
Gracias a los grandes avances tecnológicos por parte de la ciencia, se conoce  la anatomía del ser humano. Detrás de esa piel delicada y tersa que nos da una apariencia única y bella, se encuentran  pequeñas células. En conjunto hacen los denominados  tejidos básicos, formando órganos los cuales se integran a un sistema.  Sin embargo, para llegar a estas conclusiones tuvieron que pasar siglos para desarrollar teorías y observar la estructura de cada individuo.

Los primeros escritos sobre el cuerpo humano, remiten a la época de los griegos, junto a un juramento que hasta la fecha se sigue proclamando  en las salas médicas; se trata de Hipócrates quien se encargó de escribir varia obras sobre anatomía. Además de afirmar   que “La naturaleza del cuerpo es el origen de la ciencia médica”.  Posteriormente le sigue Aristóteles quién fue el primero en utilizar el término de anatome, el cual significa cortar o separar.

Sin embargo sólo se tenían hipótesis acerca de la conformación del ser humano. No fue hasta 1316 cuando se publicó el primer texto sin ilustración sobre anatomía humana. Cada una de sus páginas hace referencias a las estudios que se realizó. A partir de que las disecciones humanas fueran permitidas, comienzan aparecer una serie de textos enfocados a revelar y poner al descubierto los secretos del cuerpo.


Dibujos, por parte de artistas, los cuales reflejaban supuestos a detalle de la composición de músculos y huesos; catedráticos que fueron revelando sus descubrimientos sobre el funcionamiento de cada uno de los órganos a través de sus grandes obras; quedaron plasmado en un par de páginas impresas, que sin ser periódico, reúne en un solo volumen cuarenta y nueve o más paginas excluyendo cubiertas, nos referimos al libro.

Al igual que la anatomía humana los libros, donde irónicamente se plasmaron observaciones y descubrimiento en cada una de sus páginas, contienen una estructura. A primera vista y en compañía del tacto, se pueden sentir las partes básicas que lo conforman. De acuerdo a Roberto Zavala Ruiz en su obra El libro y sus orillas, se muestra que en la encuadernación el libro se compone: de un corte el cual es la superficie que presentan al exterior las hojas del libro cerrado; un lomo, donde se cosen o pegan los pliegos para unirse con la tapa; esta última conformadas por dos hojas de cartón recubierto de papel, tela o piel que protegen las páginas del libro.

Alista tú bisturí, que el libro no sólo se conforma por lo anterior. Ve al mueble más cercano, escoge tu libro favorito. Hojéalo, pálpalo y ábrelo, da un vistazo rápido. Ya estás listo para diseccionarlo y conocer su anatomía.

De acuerdo a Roberto el libro se conforma por:

1.       Cubierta o primera de forros: Se indica el nombre del autor o autores, título subtítulo de la obra, número del volumen  o tomo; nombre de la obra completa de la que forma parte el libro, nombre de la editorial.
2.       Segunda de forros  o reiteración de portada: Va en blanco aunque algunas casas editoriales aprovechan este espacio para anunciar otras obras del autor, los títulos de una colección.
3.       Páginas falsas: son las páginas 1 y 2 que suelen ir en blanco (de respeto y cortesía)
4.       Falsa portada, anteportada o portadilla: Es la página 3 por lo general lleva, sólo el título del libro, a veces abreviados  si la obra pertenece a una colección o a una serie  se registra aquí el nombre de la misma y el de la persona que la dirige.
5.       Contraportada frente-portadilla: Es la página 4 suele aparecer en blanco, algunas veces figura en ella el nombre del traductor o del ilustrador si lo hay. Nombre de la colección.  
6.       Portada: contiene nombre del autor, titulo completo de la obra, junto con los subtítulos sí la tiene, nombre y logotipo de la editorial, lugar donde se encuentra la editorial, si no se agrega en la página legal el  año de publicación puede ir en  la portada *página 4 y 5  se coloca una ilustración que recibe el nombre de frontispicio.
7.       Página legal: con el número  6, en ella se imprimen todos los datos que por ley debe llevar un libro: a) propietario de los derechos de autor e información relativa a la edición original, b) fecha de publicación, c) nombre y domicilio de la editorial, d) los números de ISBN correspondientes a la obra completa y al libro en particular y e) la leyenda “Impreso en México”
8.       En la página 7 suele ponerse un epígrafe, es decir un agradecimiento.
9.       Posteriormente se poner la lista de las partes de los capítulos y demás subdivisiones de los libros, conocida como Índice.
10.   Texto el cual es su cuerpo. No sólo se constituye de letras, también va acompañado de imágenes, tablas, ilustraciones etc. Si se llega a utilizar capítulos o secciones, se debe dejar un espacio en blanco.
11.   Apéndices y anexos.
12.   Cuadros y materiales gráficos extra.
13.   Notas: por lo regular se desarrollan en un aparatado diferente los pies de páginas y notas.
14.    Bibliografía
15.    Vocabulario o glosario
16.    Índices analíticos
17.    Índices de láminas
18.     Índice general
19.     Colofón: entendiéndose como la parte donde se imprimen el nombre y director del impresor, fecha en que terminó de imprimirse la obra y el número de ejemplares de un tiraje.
20.   Tercera de forros o reiteración de contraportada: puede ir en blanco, pero las editoriales suelen ocupar este espacio con fines publicitarios.
21.  Cuarta de forros o contraportada: Se suele colocar una breve presentación del libro, una nota sobre el currículum del autor  o críticas que ha recibido la obra

Ya conocemos su superficie, conocemos los huesos que le dan un soporte y los músculos que lo recubren, es hora de conocer más haya y ver las células que componen esta estructura:

Letras

Son títulos, subtítulos, encabezados, notas al pie, aclaraciones y el cuerpo del libro. Su estilo dependerá  de la editorial.

Numeración

Su función primordial es la delimitación en un texto. Pueden ir en las esquinas de una página, en medio, etc., también dependerá del estilo de la editorial.

Los espacios en blanco o colgados
Son la separación que se deja entre la mancha del cuerpo del texto y el encabezamiento.


Cómo cada cuerpo y organismo es diferente, los libros no son la excepción, vienen en distintas presentaciones y tamaños los hay de 57 x 87, 70 x 95 y 87 x 114 centímetros, inclusive deben tener una piel especial para ser impresos desde naturales, es decir, sin recubrimientos , hasta size press o encolados superficiales, pigmentados, y estucados o cuchés.

 Ahora ya lo sabes, donde sucedió la etapa del descubrimiento para saber nuestra anatomía, también tiene una estructura, la cual es cuidada no por un médico sino por un editor, el cual se encargara de mantener en buena forma los libros.


Bibliografía: Zavala Ruiz, Roberto (2003)  El libro y sus orillas, México, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pp. 21-33.
S/a, Anatomía, s/L, s/F, Dirección URL: www.biol.unlp.edu.ar/historiaanatomia.htm, Consulta [25 de mayo de 2013]

viernes, 2 de mayo de 2014

El genio de la industria editorial.


Entre las maravillas del mundo, existe una invisible ante los ojos del ser humano. Pero no desesperes, sólo se deben juntar las mitades de un extraordinario escarabajo de oro. Una vez unido se revelará el camino hacía una cueva, cuyo guardián es la cabeza de un tigre. En su interior se encuentran tesoros que superan tú imaginación, inclusive las del sultán mismo. Sin embargo, entre las montañas doradas y  los murales de colores conformados por los distintos diamantes, existe un objeto codiciado: una lámpara.

 Que su apariencia común no te engañe, cómo en muchas cosas no es importante lo de afuera, lo de adentro es lo que cuenta. Al frotarla, del humo emanará un genio capaz de materializar tus más grandes deseos, pero el precio por concedértelos será el anonimato. ¿No me crees?  ¿Reconoces los siguientes nombres Ustad Isae Muhammad Effendi? O qué me dices de Qazim Khan y Chiranjilal



Lo sé son nombre difíciles de pronunciar y por supuesto de acordarse, sin embargo si lo relacionas con el Taj Mahal, quizá te lleguen a sonar. De lo contrario no te culpo, ya que no son reconocidos de haber dado forma a los sueños del emperador musulmán Shah Jahan. Esta maravilla es admirada por muchos al encerrar una hermosa prueba de amor,  pero son contados los que saben quiénes son los genios detrás  de este impresionante mausoleo: desde la construcción de los muros, cúpulas hasta la colocación de los mosaicos.

Los deseos del amo fueron complacidos al darle vida a los cimientos más extraordinarios en honor a su esposa Mutaz Mahal. Para evitar la reproducción de esta obra Jehan ordenó cortar sus manos, guardando el secreto en una cueva… en la Cueva de las Mil maravillas. ¿Continuas escéptico? Toma un libro, de preferencia tú favorito. Obsérvalo con  detenimiento. Asómbrate de las imágenes que contiene, de su tipografía. Enamórate al palparlo.

Como te habrás dado cuenta, todo lo que construye a un libro esta meticulosamente cuidado: cada elemento tiene una razón de ser y un espacio designado. El genio, al igual que los arquitectos del Taj Mahal, se encuentra en una cueva y es poco reconocido en el mundo editorial, se trata nada más y nada menos que el diseñador.

Ya hemos visto cómo surge una idea, esta es escrita y mandada al editor. Aceptada es sometida a la corrección por parte del Dios  Caos (el corrector); y  una vez de que el orden reina es momento de la realización física, es decir, la conversión del manuscrito en una obra de arte.

El genio o diseñador al poseer suficientes conocimientos del proceso de edición y un buen gusto artístico, determina los mil y un detalles que inciden en la apariencia del libro: desde las medidas de la página, el tipo y tamaño de la letra que ha de ser utilizada para reproducir el texto y su ubicación en la página, la medida de los márgenes, el espacio entre líneas, la colocación de títulos de capítulos y números de página, el plan de ilustraciones y tablas, el tipo de papel en que se ha de imprimir, la clase de encuadernación, hasta el papel o tela que se utilizará en la cubierta

Pero para cumplir el deseo de trasmitir las ideas del autor de manera clara e inteligente posible, el diseñador, al momento de estructurar el monumental libro, debe considerar cada ladrillo para su construcción. Por lo tanto no está de más considerar que el diseño sea apropiado para el tema del libro, su atractivo artístico, claridad e inteligibilidad para el lector, la economía tanto de la editorial como del consumidor y la viabilidad desde el punto de vista de la impresión.

Un libro puede verse de los más sencillo de hacer, pero como se mencionó desde el principio: que su apariencia no te engañe, es de lo más complejo. Bajo esta concepción Datus Smith, en su obra Guía para la publicación de libros, muestra los principales aspectos que el genio de la lámpara debe cuidar, antes de conceder el deseo de hacer tangibles las ideas del autor:

Calculo de tamaño

El diseñador necesita conocer la cantidad de letras que tiene el manuscrito para pensar en diferentes diseños, tamaño de los tipos, si las páginas serán grandes o pequeñas, con márgenes estrechos o amplios y poco o mucho espacio entre renglones.

Diseño básico

Ningún aspecto del diseño puede considerarse por separado: la letra -figura, tamaño, longitud de línea e interlínea, deben ser tomados en cuenta para alcanzar la legibilidad y presentación agradable en el diseño de una sola página. Ello implica, de acuerdo a Smith determinar las medidas de los márgenes laterales, superior e inferior, la ubicación de los números de páginas y las camisas, es decir, el título del capítulo que aparece en todas las páginas o alternado con el del libro o el nombre del autor.

Trabajo artístico

El ingenioso diseñador, debe cuidar las impresiones y distribución de las ilustraciones, mapas, cartas, inclusive tablas acorde al libro.

 Diseño de portadas y forros

El apartado quizá más difícil de elaborar, pero es un diamante en bruto en cuanto a creativa: desde  escoger la imagen que complemente al libro hasta planear incluir letras hechas a mano, que al contacto seduzcan al lector.

Selección de materiales

Al igual que la construcción de una de las maravillas del hombre, como lo es el Taj Mahal, se debe escoger los materiales que constituirán una obra. Sólo que esta no se encuentra en joyas, ni en los bastos más finos traídos desde Bagdad, China, Afganistán, el Tibet, Egipto, Persia, Yemen, Rusia y Ceilán; se necesita  un  sólo material: la imprenta.

 Así los deseos del editor y autor son concedidos: un extraordinario monumento hecho libro, el cual ha superado las cientos de riquezas  encontradas en las cueva de las Mil maravillas. No necesitas unir un escarabajo dorado para conseguirlo, sólo debes aguardar a que llegue a un estante de una librería. Descuida él aguarda el momento para ser llevado a tú casa. Tus deseos son ordenes, para la industria editorial. 



Bibliografía: C. Smith, Jr., Datus (1991) “6. Diseño del libro” en Guía para la publicación de libros, México, Universidad de Guadalajara – Asociación de Editoriales de Instituciones de Educación Superior de México, pp. 83-92.

domingo, 20 de abril de 2014

Después del Caos viene el orden

Gea: madre Tierra. Pintura de Josephine Wall


De acuerdo a la mitología  griega, Caos es el primer dios del universo. Es una divinidad, sin cuerpo ni ancestros. Es la designación de abismo y oscuridad,  pero también es la deidad primordial que origina  la vida a través del nacimiento de Gea: la madre tierra que da comienzo a todas las razas divinas. Y es así como el Caos, aquel vacío que ocupa la nada, dijo -¡Hágase  la creación de la forma!-. Con ello, se convirtió en el precursor y socio del orden, el cual se transforma en una condición necesaria de todo lo que la mente humana desea comprender.

Existe una historia similar pero trasladada al proceso editorial. Todo comienza desde el origen de las ideas producto de la mente del autor que, tras varias noches y días de agolparse de manera desordenadas en su cabeza, empiezan a tener forma. Acto seguido procederá a materializarlas en hojas de papel, convirtiéndose en un manuscrito que espera llegar a manos del editor.  Para que su creación sea presentada a la perfección, debe  de releerse una y otra vez para  evitar fallos y sus ideas sean transmitidas correctamente.



Sin embargo al tener un apego especial a su obra, el autor puede mostrarse incapaz de detectar errores. Creando un desequilibrio que se encamina directo al caos: ideas incompresibles, incapaces de ser precisas y claras. Pero no todo está perdido, al igual que Batman necesita de Robin, el escritor cuento con un ayudante, quien con su singular preparación profesional, curiosidad intelectual, pasión en la lectura y  con un lápiz a su alcance, se encargará de hacer anotaciones que permitan comunicar de manera nítidas y ordenas la visión del creador a través de  su manuscrito. 


De acuerdo a Datus C. Smith en su libro Guía para la publicación de libros, en el capítulo Corrección del manuscrito, los aspectos que un corrector debe cuidar son: 1) legibilidad; 2) unificación; 3) gramática; 4) claridad y estilo; 5) veracidad de la información; 6) propiedad y legalidad, y 7) detalles de producción.

Legibilidad:
Cada palabra del manuscrito debe ser clara y legible, esto con la finalidad de dejar un manuscrito tan claro que el tipógrafo sin tener que detenerse a pensar sepa que es lo que va a tipografiar. Si el manuscrito es entregado en pésimas condiciones para el trabajo de corrección, el corrector debe regresarlo al autor y pedirle que lo presente en mejor forma.

Unificación
Lo más importante es la labor de dotar al texto de uniformidad en cuanto a la ortografía, puntuación y otros aspectos, ante esto el corrector tiene la responsabilidad de velar por una unificación de principio a fin a través de:
Ortografía: el corrector debe detectar y corregir los múltiples errores ortográficos que los autores suelen cometer.
Transliteración. Representa el mayor problema de las relaciones interculturales. Al ser un amplio intercambio de ideas e información cultural entre regiones que emplean idiomas distintos, la transliteración de los signos de un idioma a otros, se convierte en uno de los aspectos más importantes de la escritura, y uno de los más difíciles.
Puntuación. Como lo señala  Datus la corrección de un manuscritos es un arte y no una ciencia exacta, y esto es particularmente cierto en el caso de la puntuación. Existen normas generales de puntuación en la gramática, pero para la mayor parte de los problemas de puntuación más bien predominan el gusto personal y el estilo de dichas reglas.
Abreviaturas. La mayoría de las abreviaturas no están sujetas a normas universalmente establecidas, sino a criterios de unificación y a la elección entre varias opciones. 

Gramática
El corrector debe asegurarse de que el manuscrito esté gramaticalmente correcto cuando es turnado al tipógrafo. A veces no siempre resulta fácil establecer qué es correcto o incorrecto en un idioma.

Claridad y estilo
Como su nombre lo menciona, es la aclaración de las ideas que el autor no comunica con precisión. En cuanto al estilo muchos  editores, consideran que el trabajo del autor se respete. Esto es más frecuente en el campo literario que en libros de difusión. En el caso de los libros de difusión se cuenta con mayores libertades para proporcionar ayuda al autor y al lector en la exposición más nítida de las ideas; ya que en algunos casos expertos en la materia carecen de experiencia en la redacción.

Veracidad de la Información
Obviamente, el corrector no cuenta con el tiempo necesario para comprobar todos los datos que aparecen en el texto, pero si cuenta con un buen nivel de conocimientos sobre diversos temas, puede detectar errores al dar lectura al manuscrito. Un buen corrector desarrolla un "sexto sentido" que lo induce a corroborar afirmaciones que le parecen sospechosas.

Propiedad y legalidad
El corrector tiene la responsabilidad ante el editor de observar a detalle cualquier cosa del manuscrito que pueda violar las leyes nacionales o esté en contra de la política editorial de la empresa, la decencia y la propiedad.

Detalles de producción
El corrector, en un principio debe cerciorarse de que el manuscrito esté completo: portada, tabla de contenido, prefacio, pies de página, ilustraciones, pies de ilustraciones, mapas; títulos de capítulos, bibliografía, glosario, tablas y demás. Posteriormente indicará al tipógrafo del tamaño y tipo de letra, la longitud de la línea, el interlineado, entre otros detalles. Si existe un diseñador del libro, éste es quien debe establecer estas especificaciones de acuerdo con el corrector.

Con lo anterior  se puede concluir que la creación de un mundo literario no es una tarea sencilla, debe surgir del caos para tener orden. Por suerte el creador o escritor cuenta con su Robin para traer equilibrio a su mente, a su vez  le permita observar, desde otra perspectiva, la visión de su más grande creación: el manuscrito. 


Bibliografía: Datus C. Smith: “5. Corrección del manuscrito”, en: Guía para la publicación de libros, UdeG/ASEDIES-México, 1991, pp. 69-82.

viernes, 18 de abril de 2014

Nada surge de la nada

"Pueden impedirte ser un autor publicado, pero nadie puede impedirte ser un escritor”
Katherine Neville




De acuerdo a un texto publicado por la Jornada el 16 de noviembre de 2012, por segunda vez, la editorial Actes-Sud obtiene el premio Goncourt, el galardón con mayor prestigio de la literatura francesa. ¿A qué se debe su éxito? De acuerdo a una de los editores de Actes-Sud, Marie-Catherine Vacher, el secreto radica en el saber descubrir y sostener a un autor, aun cuando éste no se vea reconocido por la crítica, la prensa, el público. 

Como dijo Parménides filósofo de la colonia griega de Elea al sur de Italia en el año 500 a. de C., “nada puede surgir de la nada”. Por lo tanto el editor no puede esperar la aparición de manuscritos que le garanticen aclamados premios y la venta de miles de ejemplares: debe salir en su búsqueda. A través de sus sentidos editoriales, encontrará aquella obra que cumpla con uno de sus principales objetivos: el de transmitir ideas.

La simple decisión de publicar un libro o no,  exige una especial atención a través de un metódico e inteligente procedimiento en donde se tomen en cuenta los distintos puntos de vista de todas las áreas que en él intervienen. Con ello, se dará una respuesta razonable al autor en cuanto a la aceptación o rechazo de su manuscrito.  Aunque se lea como algo sumamente sencillo, se debe tener en cuenta que su manejo es determinante para un buen desarrollo editorial.

Desde la llegada del manuscrito a las manos del editor, quien posee un conocimiento personal de los libros, la educación, la cultura y de lo que pasa en el mundo; se encarga de llevar un registro construyendo un catálogo de tarjetas o una bitácora, las cuales contendrán nombre del autor, anotando su apellido o primer nombre (este criterio se fundamenta en que el nombre del autor no cambia, mientras que sí puede cambiar u olvidarse el título del manuscrito): esto con el fin de facilitar y llevar un control de los cientos o miles de manuscritos recibidos y valorados previamente.

Hasta su evaluación a través de una primera lectura que de un vistazo general: una vez aprobadas pasará a manos del consultor; al ser un especialista en la materia tomará la decisión de publicar o no el texto, además de aportar sugerencias que podrían convertir un libro aceptable en uno sobresaliente. A pesar de ello, también se debe  considerar la opinión del personal que conforman la empresa editorial como:

-El departamento de producción y ventas: se encargaran de aconsejar, en términos prácticos la forma de vender de los manuscritos, por medio de un elaborado plan  que permita la distribución masiva a precios populares. Sin ello, aunque el editor tenga una maravillosa idea para publicar un conjunto de textos, no será factible empezar a trabajar en el proyecto.

-El departamento de finanzas: Es la asignación del capital y el costo que conlleva el proceso editorial, el cual genera gastos mucho antes de proporcionar ingresos, debido a la paga del personal calificado para la planeación y realización del proyecto. Ante esto se puede considerar el préstamo de capital, ya que es un factor decisivo, si existen grandes proyectos de desarrollo al ser una  inversión que requiere un largo periodo de tiempo.

Todo lo anterior para tomar una decisión inteligente para la publicación del manuscrito que inicio con una idea del autor y espero ser materializada en hojas de papel. Pero, debido a los riegos que implica la inversión del capital para divulgación de títulos, algunas editoriales deciden producir libros que le garanticen ganancias, tales como: series (ejemplo de ello es la colección de Sepan cuantos por parte de la editorial Porrúa),  libros de texto y libros de consulta (diccionarios, enciclopedias y atlas).



                       

A manera de conclusión, el Editor debe  estimular y promover la creación de nuevos trabajos. Los premios cumplen con dicho objetivo, son otorgados después de que el libro ha sido publicado: A pesar de no haber ganado el XXXIX Premio anagrama, cuyo jurado estuvo   conformado por Salvador Clotas, Román Gubern, Xavier Rubert de Ventrós, Fernando  Savater, Vicente Verdú y el editor Jorge Heralde, Filosofía zombi resultó finalista. Esto lo llevó a la publicación de su obra, haciéndose merecedor de reseñas positivas al abordar una crítica a la cotidianidad de la vida  moderna a través del significado de la identidad; termino  abordado por Michael Foucault en su obra maestra, Las palabras y las cosas. Ante la aceptación del público, se abrió   la oportunidad de publicar novelas, relatos y de retomar antiguos títulos que en su momento no se vendieron, todos ellos relacionados al tema zombi, devorándose las ventas de la industria editorial.

Quieres saber más sobre el libro: aquí una reseña del diario El País publicado el 20 de mayo de 2011:  elpais.com/diario/2011/05/20/tentaciones/1305915778_850215.html   

Si el editor no se deja guiar por su sexto sentido editorial y deja que las ideas surjan de la nada, invirtiendo su capital en manuscritos  que le garanticen ventas y   mayores ganancias, rechazando nuevas propuestas al no congeniar con sus ideales.  Podría llegar a lamentarlo: títulos como El Hobbit, la saga de Harry Potter, Cien años de soledad, Millenium, entre otros, fueron rechazados. A pesar de ello, tal a una ave Fénix, resurgieron de las cenizas, llevándolos a colocarse como los libros más aclamados y por ende los más vendidos. En el caso de Gabriel García Márquez le  valió el Premio Nobel de Literatura en 1982.

Conoce, más de los libros que fueron rechazados por las editoriales y en la actualidad se posicionan como los más vendidos:


Bibliografía:   C. Smith, Jr., Datus (1991) “1. Publicación de libros y desarrollo nacional” en Guía para la publicación de libros, México, Universidad de Guadalajara – Asociación de Editoriales de Instituciones de Educación Superior de México, pp. 3-14